El recepcionista de un hospital niega atención a un gótico por llevar una cruz invertida


Si en España te pueden denegar atención médica por ser un inmigrante sin papeles, en Canadá pueden darte con la puerta del hospital en las narices por aparecer con una cruz invertida. Al menos eso es lo que le sucedió a un vecino de Calgary, que llegó al hospital Rockyview para curarse una muñeca rota, pero fue expulsado con cajas destempladas por el recepcionista.
Stevahn Bullen, de 22 años, es, como puede apreciarse en la imagen, un gótico. Además de los consabidos piercings, las ropas negras y su blanca palidez, esta tribu urbana exhibe a menudo símbolos de jaez satánica, como la cruz invertida, réplica de la cruz cristiana pero de mal rollo.
Con esta guisa y con la muñeca izquierda magullada, llegó a la recepción de urgencias, de donde fue expulsado por el empleado que en aquel momento atendía los ingresos, acogiéndose a alguna oscura cláusula de excepción del juramento hipocrático: “Me expulsaron porque llevaba algo que le ofendió –dice el joven- y eso es algo que me hace perder un poco mi fe en la Humanidad”, agrega enfático.
Bullen ha iniciado una reclamación al hospital por el incidente. Entre tanto, las autoridades sanitarias de Alberta, la provincia a la que pertenece Calgary, se han desmarcado de la actitud del empleado díscolo y han pedido disculpas al siniestro: “Los trabajadores del servicio de salud son responsables de proveer cuidado médico a todos los ciudadanos, y la atención médica no debería ser negada a ningún paciente”, sea gótico o congolés.

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