Mitos pseudocientíficos muy extendidos

El pelo y las uñas siguen creciendo después de la muerte

La mejor manera de entender la falsedad de este mito es pensar en un jamón: a medida que se va secando, queda más a la vista el hueso. De igual forma, cuando morimos, la piel que hay alrededor del pelo y las uñas se deshidrata y cede, dando la sensación de que el pelo y las uñas han crecido.
Podéis leer más curiosidades sobre el pelo en El pelo humano en cifras y sobre la uñas en Las uñas y sus famosas manchitas blancas.

Los hombres piensan en sexo cada 10 segundos 

La verdad es que resulta increíble cómo un bulo tan ridículo puede haberse extendido tanto. ¿Os imagináis pensando en sexo cada 10 segundos?
Seguramente el mundo se colapsaría. Según un estudio del Instituto Kinsey, solo un 54 % de los hombres piensan en sexo como mínimo una vez al día, y alrededor de un 4 % piensan en sexo solo una vez al mes. Algunos estudios revelan que los hombres que más piensan en sexo lo hacen unas 10 veces al día (es decir, piensan en sexo menos veces que el comer y dormir).


Solo usamos un 10 % del cerebro 

Este mito pseudocientífico está tan extendido que incluso aparece en muchas películas, y es uno de los argumentos principales de los que defienden los poderes sobrenaturales de algunos individuos.

Basta con acudir al simple razonamiento evolutivo para descubrir que tal mito no tiene ningún sentido: atendiendo a los enormes recursos que consume un cerebro humano, ¿cómo es posible que la selección natural haya permitido que los seres humanos vayan por ahí con un órgano tan grande y tan esencialmente inútil?

De hecho, lo lógico es que usemos todo el cerebro. Hasta la última neurona.
Lo que sí que es cierto es que nunca usamos todas nuestras neuronas a la vez. Claro, dirán algunos, eso es lo que ocurre: como no las usamos a la vez, no podemos, por ejemplo, desarrollar poderes telepáticos. Pues tampoco. La actividad simultánea de todas las neuronas nos arrojaría al suelo víctimas de convulsiones como las de un ataque epiléptico.

Podéis leer más en profundidad cómo se refuta este mito en la serie de artículos ¿El ser humano sólo utiliza el 10 % de su capacidad mental? (I), (II), (y III).

El efecto Coriolis determina la dirección en la que el agua desaparece por el sumidero 

Según el efecto Coriolis, creemos que el agua desaparece en un lavabo dando vueltas hacia uno u otro lado dependiendo si nos encontramos en el hemisferio sur o norte. Pero el giro está determinado por factores más pueriles.
El efecto Coriolis desempeña un papel primordial en el hecho de que depresiones atmosféricas y huracanes giren en sentido contrario a las agujas del reloj a medida que suben desde el Ecuador. El problema es que es muy débil, y la aceleración resultante sólo produce efecto significativo dentro de escalas temporales a largo plazo. En el caso del agua que se traga el desagüe, el efecto Coriolis produce una aceleración diez millones de veces inferior a la de la gravedad, y, en consecuencia, sus efectos se ven eclipsados fácilmente, por otros factores que sí pueden cambiar la orientación del agua. Por ejemplo: mediante una leve inclinación de la bañera.
Otro motivo podría ser las acanaladuras (el agua baja pegada a las paredes, no por el centro), que bajan en espiral en el sentido de las agujas del reloj, y en otros al revés, según el país.
Al margen de esto, en 1961, la revista Nature publicó que el doctor Ascher Shapiro, al norte del Ecuador, había detectado el efecto Coriolis en experimentos que demostraron que el agua corrió en sentido antihorario al salir de un tanque de dos metros de ancho. En 1965, un equipo de la Universidad de Sidney dirigido por Lloyd Trefethen repitió el experimento al sur del Ecuador y halló que, en efecto, el agua salía girando en el sentido contrario.

La Luna tiene una cara oscura que nunca ve la luz del sol 

Es cierto que, desde la Tierra, solo vemos una cara de la Luna, pero eso no quiero decir que una cara de la Luna nunca vea la luz del sol. La popularidad de la frase “la cara oscura de la Luna” ha creado esta confusión, pero, como en la Tierra, en la Luna hay día y noche.

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